martes, agosto 18, 2009

Nocturno a Rosario version Angeluz

I
¡Pues bien! yo necesito decirte que te adoro decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión.

II
Yo quiero que tu sepas que ya hace muchos días estoy enferma y pálida de tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que están mis noches negras, tan negras y sombrías, que ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir.

III
De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi alma a aparecer.

IV
Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te quiero mucho más.

V
A veces pienso en darte mi eterna despedida, borrarte en mis recuerdos y hundirte en mi pasión mas si es en vano todo y el alma no te olvida, ¿Qué quieres tú que yo haga, pedazo de mi vida?¿Qué quieres tu que yo haga con este corazón?

VI
Y luego que ya estaba concluído tu santuario, tu lámpara encendida, tu velo en el altar; el sol de la mañana detrás del campanario, chispeando las antorchas, humeando el incensario, y abierta alla a lo lejos la puerta del hogar...

VII
¡Qué hermoso hubiera sido vivir bajo aquel techo, los dos unidos siempre y amándonos los dos; tú siempre enamorado, yo siempre satisfecha, los dos una sola alma, los dos un solo pecho, y en medio de nosotros mi madre como un Dios!

VIII
¡Figúrate qué hermosas las horas de esa vida!¡Qué dulce y bello el viaje por una tierra así! Y yo soñaba en eso, mi santo prometido; y al delirar en ello con alma estremecida, pensaba yo en ser buena por tí, no mas por ti.

IX
¡Bien sabe Dios que ese era mi mas hermoso sueño, mi afán y mi esperanza, mi dicha y mi placer; bien sabe Dios que en nada cifraba yo mi empeño, sino en amarte mucho bajo el hogar risueño que me envolvió en sus besos cuando me vio nacer!

X
Esa era mi esperanza...mas ya que a sus fulgores se opone el hondo abismo que existe entre los dos,¡Adiós por la vez última, amor de mis amores; la luz de mis tinieblas, la esencia de mis claveles; mi muso de poeta, mi juventud, adiós!

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