Cuenta la historia, una de esas que te cuentan los viejos, una de esas de labios callados que solo los viejos saben y no se la cuentan casi a nadie por temor, uno infundado pero por temor.
Se dice que una noche, una de esas cuando el sol esta casi rojo con la luna en lo alto, dos caminantes, dos palabras se encontraron en el medio del camino y se miraron con mirada de odio.
El te amo y el te olvido se encontraron con ojos llenos de sangre y palabras fuertes entrecruzadas, aun cuando en la vida de los amantes estos dos van mas agarrados de las manos que los mismos amantes en si.
El silencio dejo de envolverlos cuando el te amo, quien no deja de ser cariñoso y conservador le pidio al te olvido lo siguiente
- Nos sentamos, me gustaria conversar contigo
El te olvido quien es egoista y doloroso miro con desconfianza al te amo
- ¿Por que he de aceptar? ¿No eres tu el que me hace correr cuando los amantes se botan? ¿No eres tú el que mas dolor causa de los dos?
El te amo lo miro con desconsierto y le sonrio
- Si no te quieres sentar estara bien, pero escuchame, yo no causo dolor, a diferencia de ti yo soy la palabra que usan los amantes para decir aquello que al menos ellos creen sentir, en cambio cuando tu apareces es por que aquello que sintieron ya no existe y las heridas que crea eso, el amor, sangran mas por que mientras amaron no sintieron soledad y la olvidaron, y cuando la soledad aparece, el olvido, eso que tu representas solo se siente, mas no se dice por que igual los ojos, el alma y los latidos dicen que tanto olvido hay dentro.
El te olvido acepto y siguio caminando, al igual que el te amo esperando a la proxima vez que ambos tendrian que correr para cumplir lo que un sentimiento les hacia crear.
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